Un viaje académico para transformar la educación en Suesca
Durante mi paso por la Universidad EAN, decidí hacer una investigación sobre un tema que me tocaba de cerca: el rendimiento escolar. Pero no quise enfocarme en cualquier lugar, escogí Suesca, Cundinamarca, un municipio con mucho potencial, pero también con desafíos educativos reales. No se trataba simplemente de cumplir con un requisito universitario. Lo que buscaba era aportar herramientas para quienes toman decisiones, para que se puedan orientar mejor los recursos y se promuevan políticas públicas que realmente cambien vidas.
El objetivo era claro: entender qué impulsa o frena el rendimiento académico de los estudiantes de bachillerato en Suesca. Quería que esta investigación ayudara a mejorar el rendimiento y, al mismo tiempo, que motivara a más jóvenes a pensar en la educación superior como una opción real.
¿Por qué importa medir el rendimiento académico?
Medir el rendimiento académico no es solo para sacar estadísticas. Es una forma de ver en qué estamos fallando y qué estamos haciendo bien. Si podemos identificar qué factores afectan positiva o negativamente el desempeño de los estudiantes, entonces también podemos diseñar soluciones.
Los resultados pueden servirle a todos: a los docentes para adaptar su enseñanza, a los padres para apoyar mejor en casa, y a los tomadores de decisiones para enfocar mejor sus políticas.
Factores que influyen en el rendimiento
Para mi estudio, me basé en un montón de investigaciones previas y construí una lista amplia de variables. Algunas eran obvias: el nivel de educación de los padres, si el colegio es rural o urbano, si los estudiantes cuentan con libros o acceso a internet.
Pero también incluí variables más personales: la motivación del estudiante, su edad, su percepción sobre la educación, la calidad de sus docentes, la distancia entre la casa y el colegio. En total fueron 25 variables independientes. ¡Todo eso puede afectar el rendimiento!
Entre los factores más importantes que analicé estaban:
- Entorno socioeconómico: Nivel educativo de los padres, ingresos, ubicación.
- Motivación y expectativas: Qué tanto cree el estudiante en sí mismo y qué espera de su futuro.
- Apoyo familiar: Presencia y acompañamiento en el proceso educativo.
- Asistencia a clase: Un factor que influye más de lo que se cree.
- Actividades extracurriculares: Su efecto puede ser positivo o negativo dependiendo del equilibrio.
¿Cómo se hizo la investigación?
Usé un modelo econométrico de regresión lineal múltiple. Básicamente, es una herramienta estadística que te dice cómo influyen varias variables en un resultado, en este caso, el rendimiento académico. La base fue la prueba Saber 11°, esa que todo estudiante colombiano debe presentar antes de graduarse. Clasifiqué el rendimiento como insuficiente (puntaje igual o menor a 250) o aceptable (más de 250).
- El rendimiento académico previo fue el predictor más fuerte: quien venía con buenos resultados, los mantenía.
- La asistencia a clases también fue clave: faltar mucho afecta directamente el puntaje.
- El control interno (esa sensación de que uno es responsable de sus resultados) tiene un impacto importante.
- La motivación y las expectativas del estudiante también hacen la diferencia.
Algunas cosas curiosas salieron también:
- Las mujeres en el modelo presentaban menor rendimiento que los hombres, aunque esto merece más estudio.
- Estudiantes con más actividades extracurriculares, en algunos casos, mostraban menos rendimiento (probablemente por falta de tiempo).
- Algunas variables como la nutrición o el acceso a servicios básicos no fueron tan significativas como se podría esperar.
El modelo fue muy sólido: el R-cuadrado ajustado fue de 0.8972, lo que significa que casi el 90% de la variación del rendimiento se puede explicar con estas variables. Eso, para una investigación universitaria, es un gran logro.
Conclusión: Más que una tesis, una herramienta útil
Lo que empezó como un proyecto académico, terminó siendo una guía para repensar cómo apoyamos a los estudiantes en lugares como Suesca. Si sabemos que asistir a clase, tener expectativas claras, sentirse capaz y tener una base académica sólida son claves... ¿por qué no trabajar más fuerte en eso?
Espero que esta investigación no se quede guardada en un cajón, sino que sea útil para docentes, directivos, padres de familia y, ojalá, para quienes diseñan las políticas educativas.
Si quieres leer la investigación completa y ver el análisis detallado, puedes buscarla como:
Cristancho Olaya, A. F. (202X). *Determinantes del rendimiento académico en estudiantes de bachillerato en Suesca, Cundinamarca: un análisis econométrico*. Universidad EAN.
— DETERMINANTES DEL RENDIMIENTO ACADÉMICO EN ESTUDIANTES DE BACHILLERATO EN SUESCA
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